LOUVRE COUTURE: UNA IMPACTANTE EXPOSICION ENTRE LOS ESPACIOS Y LAS MULTITUDES
- Ela Casati
- 7 may
- 3 Min. de lectura

Esta es una traducción al español del artículo originalmente publicado en inglés en The Vanilla Issue el 2 de abril de 2025. El artículo original está disponible aquí.
Todas las imágenes usadas en este artículo son cortesía de Nicolás Bousser/Musée du Louvre.
Se dice que, para poder ver todas las piezas disponibles en el Museo de Louvre, uno tendría que pasar menos de 30 segundos viendo cada una de ellas, y aún así, se necesitarían más de 100 días para ver toda la colección. Si le agregásemos 95 piezas de ropa, y 30 accesorios, zapatos, joyas y similares, tal tarea resulta aún más abrumadora.
El museo más importante del mundo inauguró su primera exposición dedicada a la moda en sus 232 años de historia, titulada Louvre Couture: Objets d'art, objets de mode ("Costura en el Louvre: obras de arte, obras de moda" en francés). Abierta del 24 de enero al 27 de julio de 2025, la instalación fue curada con la intención de contrastar piezas claves en la historia de la alta costura, creadas por los más ilustres diseñadores, con la sección de Artes Decorativas del Louvre, ubicada en los salones de Napoleón III en el ala Richelieu. En este lujoso escenario, la colección de joyería de la ya extinta realeza francesa está expuesta.

La selección para esta exposición es exquisita. Todos los diseñadores legendarios que hicieron de la moda lo que es hoy (Galliano, Gaultier, Saint Laurent, Dior, los dos Versace, Balenciaga, Yamamoto, Chanel, Lagerfeld, Schiaparelli, McQueen, Dolce & Gabanna) están representados. Los zapatos, accesorios y joyería fueron proporcionados por marcas como Louboutin, Tiffany's y Chopard, creando así todo un cóctel de lujo y sofisticación.

Aunque el concepto en teoría es increíble, ejecutar un proyecto de esta magnitud no es fácil, y el resultado final puede no llenar las expectativas del todo. En una exposición donde el principal concepto es la moda de lujo, usar la sección más visualmente recargada del museo más grande del mundo como escenario dificulta tomar la decisión de dónde concentrar la atención: si en las prendas o en el ambiente. Los intricados detalles de muchas de las piezas se pierden en un espacio tan abrumador, y ponerlos todos juntos hace que sea un reto apreciar cada obra con la atención que se merece.
Además, el alto nivel de tráfico en el Louvre (especialmente en esta exposición) obliga a los visitantes a moverse más rápido de lo que quisieran, interrumpiendo su recorrido y quitando parte del placer de poder vivir esta experiencia con el tiempo adecuado.

Parece que el Louvre ha decidido crear su propia versión de las míticas exposiciones de moda del Instituto del Vestido del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York, idea reforzada por la primera gala de caridad del Louvre Couture: prácticamente un guiño a la MET Gala. Se espera que la opinión pública demande una mejor planeación y selección de espacios dentro del museo, para que las obras de moda expuestas puedan ser apreciadas correctamente sin ser opacadas por tapices gigantescos en las paredes detrás de ellas o los armarios y porcelanas rococó a su alrededor. El mayor museo del mundo tiene los recursos humanos y logísticos (y, sobre todo, el savoir-faire) necesarios para esta labor. Bien valdría la pena usarlos al máximo para futuros proyectos de este talante.
