NO TODO EN COLOMBIA ES “TROPICAL”: JOEG LANZA SU COLECCIÓN SELENE PARA PRIMAVERA-VERANO 2025
- Ela Casati

- 2 oct 2024
- 3 Min. de lectura

Todas las imágenes usadas en este artículo son cortesía de Luisina Cáceres (@luisinacaceres_ph) y fueron tomadas durante la pasarela de JOEG Primavera-Verano 2025 "Selene" el 20 de septiembre de 2024 en Bogotá, Colombia.
En el imaginario universal, Colombia es percibido principalmente como un país “tropical”, es decir: colorido. Con centros turísticos de renombre mundial como Medellín y Cartagena, y expresiones culturales que giran en su mayoría alrededor de la idiosincrasia caribeña (Macondo jamás podría ser un pueblo de tierra fría), es de esperarse que la gente que no sabe mucho sobre Colombia asuma que su capital es también cálida… pero nada más lejos de la realidad.

Bogotá es una metrópolis a 2640 metros sobre el nivel del mar en la cordillera central del país. Es una ciudad enorme, dura, generalmente nublada, donde sus habitantes acostumbran a usar ropa invernal, botas de cuero y tener siempre un paraguas a la mano. En Bogotá son más bien pocas las referencias a elementos que, fuera del país, son considerados como típicos de Colombia, y a ella se refieren colombianos de otras regiones como “la nevera” por su temperatura considerablemente menor a la de las demás ciudades del país, aún cuando el calentamiento global la haya elevado en los últimos tiempos.

Es en este ambiente de páramo en donde nace JOEG en 2020. La marca, con José Julián Guerrero como fundador y director creativo, tiene un ADN netamente bogotano. La paleta de colores usada en diferentes colecciones de la firma es minimalista: blanco (tanto puro como crudo), negro, distintas tonalidades de gris, verde oliva. Sus siluetas son indudablemente urbanas y muchas veces oversized, en materiales aptos para climas fríos como el denim, el paño y el cuero.

La presentación de la colección primavera-verano 2025 de JOEG, titulada Selene como un homenaje a la diosa griega de la luna, fue presentada al público por primera vez en pasarela el pasado 20 de septiembre de 2024 en el auditorio Boro Room, en el corazón del distrito bogotano de Chapinero. Esta colección hizo patente la evolución estética y técnica de la firma, introduciendo nuevos detalles que no estaban presentes en propuestas pasadas.

Las piezas de Selene fueron un poco más formales, incluso más suaves, en comparación con conceptos anteriores. Abundaron las camisas y pantalones en lino, faldas de largo medio en corte A, vestidos en blanco crudo con detalles en relieve negro, trayendo una vibra más ligera y nueva para la marca.

La experimentación textil fue otro de los puntos destacados de Selene. Capas de lino en blanco y negro, nuevos motivos explorando variaciones del gris, quemaduras en las prendas, costuras aparentemente inacabadas, relieves en los mismos tonos de las piezas. Todas estas técnicas poco convencionales de manipulación textil dieron como resultado final una colección que mostró el siguiente nivel para JOEG: más sofisticado, más formal y elegante, con una clara influencia de otros representantes de la corriente avant garde de la moda contemporánea como Yohji Yamamoto, Haderlump y Devoa.

Madeiro interpretando la banda sonora para la pasarela Selene de JOEG.
La banda sonora de la pasarela estuvo a cargo del cantautor Madeiro, con un set totalmente en vivo, crudo y callejero, en el cual interpretó blues y rock and roll sin ningún acompañamiento más que el de su guitarra eléctrica. Los posteriores sets de los djs locales Dziv y Cerberus Greek, con mezclas de diferentes subgéneros del techno, completaron el ambiente totalmente citadino del evento, a tono con el carácter y el ADN de marca de JOEG.

Dziv tocando su set en el after party de Selene.
En un país tan disímil como Colombia, con todos los climas, culturas y biodiversidad diferentes que tiene, no hay muchas firmas de moda que se salgan de los parámetros de lo colorido y tropical. Estas propuestas son necesarias para tener un mercado más completo y global. Marcas como JOEG contribuyen a ampliar la perspectiva de lo que puede ser la moda colombiana, y a posicionar la industria local como una de las más fuertes del continente americano. Incluso, ¿por qué no?, a nivel mundial.




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