DESCIFRANDO EL ÉXITO DE SHEIN: CÓMO SE MANTIENE RELEVANTE EN 2024
- Ela Casati

- 15 may 2024
- 4 Min. de lectura

No hay duda de que SHEIN es una de las más grandes empresas en la industria de la moda a nivel global en estos momentos. La aplicación de esta tienda es la número 1 en el sector de ropa en todo el mundo, su capitalización bursátil asciende a 47.000 millones de dólares, y en el pasado año fiscal de 2023 sus ingresos totales se duplicaron, alcanzando los 2.000 millones de dólares. En redes sociales como TikTok, SHEIN es la marca más utilizada en los videos de hauls de moda, los cuales llegaron a tener 4.800 millones de vistas, y en los que SHEIN apareció un 42% de las veces.

A pesar de su innegable y creciente popularidad, y tal vez gracias a ella, SHEIN ha sido blanco de fuertes críticas por sus prácticas corporativas. Una compañía de ropa, accesorios y calzado que agrega alrededor de 6.000 productos nuevos al día, y que tiene como precio promedio por artículo la suma de 10 USD, tiene que obtener ganancias de alguna forma, y, en el caso de SHEIN, tal valor se obtiene economizando en gastos de materiales y mano de obra. Se estima que un trabajador en las maquilas de SHEIN en China gana 4 centavos de USD por cada prenda que fabrica, con lo cual gana aproximadamente 322 USD al mes después de trabajar hasta 75 horas a la semana y tener sólo un día libre al mes (el salario mínimo mensual para poder costearse una vida digna en China es de alrededor de 900 USD).

Así mismo, dado que la mayoría de las prendas que se venden en SHEIN son hechas con materiales derivados del petróleo (nylon, viscosa, poliéster, rayón y acrílico), son la versión textil de comprar vasos de plástico desechables: no suelen durar más de un par de lavadas. No es sorprendente que la firma haya obtenido uno de los puntajes más bajos del FTI (Índice de Transparencia de la Moda, por sus siglas en inglés) debido a las malas condiciones de los trabajadores en sus plantas y las consecuencias ambientales de su producción en conjunto.

En los círculos de productores y seguidores de la moda de autor, sostenible y vintage, la simple mención de la palabra SHEIN puede llegar a generar reacciones de malestar, pues se considera inmoral y hasta criminal consumir una marca con prácticas tan cuestionables. Sin embargo, estos son sectores pequeños de la sociedad, en comparación con los millones de clientes finales que SHEIN tiene. ¿Por qué una marca de tan dudosa reputación sigue siendo tan exitosa, y no parece dar señales de que su popularidad y ventas vayan a disminuirse en el futuro inmediato?
Una de las respuestas más comunes a esta pregunta es que firmas como SHEIN ponen al alcance de las masas las tendencias que normalmente no podrían adquirir por motivos económicos, pero esto es estadísticamente falso. El más reciente reporte de USB indica que el consumidor promedio de SHEIN en Norteamérica (el mercado más grande de la firma) es una mujer de 25 a 34 años de edad, con ingresos anuales de alrededor de 65.300 USD (60% por encima del ingreso promedio de las mujeres en la región) y que gasta unos 100 USD mensuales en moda. En otras palabras, la persona promedio que compra en SHEIN con frecuencia podría, desde el punto de vista monetario, adquirir sus artículos en otras tiendas. ¿Por qué escoger a SHEIN entonces?

En realidad, las personas que compran en SHEIN lo hacen por dos motivos principales: comodidad y conveniencia. No solamente es mucho más cómodo comprar en línea que ir hasta una tienda física a probar el producto, sino que SHEIN tiene a su favor un punto que muchas otras firmas, tanto de fast fashion como de moda de autor, no poseen: un amplio rango de tallas, incluyendo las más grandes que son virtualmente imposibles de encontrar en otras marcas. La línea SHEIN Curve, especializada en tallas extra grandes, es una de las más exitosas de la marca y muy popular entre los sectores de la población que, incluso teniendo los medios para adquirir en otras tiendas más costosas, por sus medidas corporales simplemente no pueden hacerlo.
No hay que ser una persona obesa para no encontrar ropa que se ajuste a las medidas propias adecuadamente. El tallaje de ropa a nivel mundial, particularmente en moda femenina, ha cambiado progresivamente desde los años 90s, y lo que en aquel entonces era una talla 2 es hoy una talla 8 y viceversa, dependiendo de la marca y de la zona del mundo en donde se haya producido la prenda. En tales circunstancias, opciones como SHEIN son la salida más práctica para muchos cuando tienen el problema de no tener qué ponerse.

Por otro lado, y aunque nos preocupe mucho que nuestras prendas sean hechas de una manera responsable con el medio ambiente y con quienes las fabrican, esta ética está lejos de ser masiva en este momento. La mayoría de las personas escogerán aquello que les resulte más conveniente e inmediato en cada instante, y si esto implica comprar en SHEIN (por más inmoral que a nosotros nos parezca), lo harán sin pensarlo dos veces. Es simplemente la lógica del capitalismo, y la condición humana de buscar siempre la forma más fácil y rápida de satisfacer nuestros deseos y necesidades.
Es por ello que, en lo que respecta al corto y mediano plazo, marcas de fast fashion como SHEIN muy probablemente no van ni a desaparecer ni a perder relevancia y popularidad en la industria de la moda. Al menos, no hasta que la industria en su conjunto haga esfuerzos masivos y consistentes por ofrecer alternativas sostenibles, inclusivas con la infinita variedad de cuerpos de los consumidores, y que sean satisfactorias y viables tanto económica como estéticamente.



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